En el año 1974 nace la ley de la mano de López Rega. Con una justicia que era corrida en parte por aquellos que preparaban el campo para lo que explotaría dos años más tarde (de la influencia de este personaje y la etapa nefasta escrita en ese período no hay nada más que sus propios actos para sobreentender a que nos referimos).
El 11 de Octubre de 1989 se publica en el boletín oficial la Ley n° 23.737 conservando en esencia la misma ideología represiva que su antecesora la Ley n° 20.771, agregándose nuevos artículos con el objetivo de comprometerse con la problemática de las adicciones y diferenciar al consumidor. Sin embargo al usuario de drogas se lo sigue considerando un delincuente y por lo tanto tiene una condena de un mes a dos años de prisión. Si bien es excarcelable el individuo tendrá antecedentes judiciales. Este tipo de leyes fueron generadas, desde sus raíces, con el fin de reprimir en vez de educar. Bajo una política sencillista disfrazada de contemplaciones se termina, por medio de estas leyes, arriando vidas, destruyendo o convirtiendo a los simples usuarios en verdaderos delincuentes dentro de una cárcel.
En esta ley, la cual lleva dieciocho años sin modificarse, dieciocho años de gobiernos que han hecho oídos sordos a nuevas propuestas y mirando al costado de una problemática que avanza día a día sin distinguir clase social, raza o idioma.
Qultura Urbana surge en un momento en que la sociedad se encuentra dividida por poseer diferentes posturas ante el tema MARIHUANA. Por un lado se ubica el consumidor quien, con su grito ahogado de impotencia, intenta sobrellevar los riesgos (legales) que acarrea ser usuario. Por otro lado está no solo aquel que nunca consumió, sino también que que, por diversas razones, la probó pero no continuó consumiéndola. Todo esto, sumado a una desinformación, o bien, una información errónea, nos da como resultado un enfrentamiento entre las dos posturas de la mano de una ley tan absurda que no especifica ciertos puntos indispensables a la hora de tratar el tema.
Pedimos conciencia ya que siendo usuarios o no los riegos son iguales, siendo parte de una familia y de una sociedad. Queremos que entiendas que la delincuencia no es consecuente al consumo de drogas. Éstas son problemáticas con necesidades diferentes que, como todo en el ser humano puede convivir en él. Ayúdanos a cambiar una ley que perjudica a todos, todos somos padres, hermanos, hijos y la droga no discrimina.
El 11 de Octubre de 1989 se publica en el boletín oficial la Ley n° 23.737 conservando en esencia la misma ideología represiva que su antecesora la Ley n° 20.771, agregándose nuevos artículos con el objetivo de comprometerse con la problemática de las adicciones y diferenciar al consumidor. Sin embargo al usuario de drogas se lo sigue considerando un delincuente y por lo tanto tiene una condena de un mes a dos años de prisión. Si bien es excarcelable el individuo tendrá antecedentes judiciales. Este tipo de leyes fueron generadas, desde sus raíces, con el fin de reprimir en vez de educar. Bajo una política sencillista disfrazada de contemplaciones se termina, por medio de estas leyes, arriando vidas, destruyendo o convirtiendo a los simples usuarios en verdaderos delincuentes dentro de una cárcel.
En esta ley, la cual lleva dieciocho años sin modificarse, dieciocho años de gobiernos que han hecho oídos sordos a nuevas propuestas y mirando al costado de una problemática que avanza día a día sin distinguir clase social, raza o idioma.
Qultura Urbana surge en un momento en que la sociedad se encuentra dividida por poseer diferentes posturas ante el tema MARIHUANA. Por un lado se ubica el consumidor quien, con su grito ahogado de impotencia, intenta sobrellevar los riesgos (legales) que acarrea ser usuario. Por otro lado está no solo aquel que nunca consumió, sino también que que, por diversas razones, la probó pero no continuó consumiéndola. Todo esto, sumado a una desinformación, o bien, una información errónea, nos da como resultado un enfrentamiento entre las dos posturas de la mano de una ley tan absurda que no especifica ciertos puntos indispensables a la hora de tratar el tema.
Pedimos conciencia ya que siendo usuarios o no los riegos son iguales, siendo parte de una familia y de una sociedad. Queremos que entiendas que la delincuencia no es consecuente al consumo de drogas. Éstas son problemáticas con necesidades diferentes que, como todo en el ser humano puede convivir en él. Ayúdanos a cambiar una ley que perjudica a todos, todos somos padres, hermanos, hijos y la droga no discrimina.
“El cambio está en tus manos. Depende de mi y de vos”